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Diapositiva 1

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y es bello en su esplendor, y lleva por los cielos noticia de su autor. Y por la hermana luna, de blanca luz menor; tan limpias, tan hermosas, y brillan en los cielos ... – PowerPoint PPT presentation

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Title: Diapositiva 1


1
San Pedro Regalado
Día 13 de Mayo
2
San Pedro Regalado fue un fiel seguidor de san
Francisco de Asís.
A principios del siglo XV la orden franciscana
sufría un relajamiento general de su primitivo
fervor. San Pedro Regalado contribuyó grandemente
a su reforma.
3
Nació en Valladolid, en 1390, en la famosa calle
de Las Platerías, que aún hoy conserva su nombre
y el antiguo rango que tuvo en la corte de
España. 
4
Sus padres fueron el hidalgo Pedro Regalado y su
esposa doña María de la Costanilla, quienes, sin
tardanza, hicieron bautizar a su hijo en Santa
Elena, iglesita que después se transformó en la
hoy parroquia del Salvador, donde se venera la
pila bautismal de nuestro Santo.
5
Su padre murió siendo Pedro aún muy niño. Por
aquellos años, cada mañana iba con su madre al
convento de San Francisco, hoy desaparecido, para
ayudar a misa con gran devoción.
6
 El trato habitual del pequeño Pedro con algunos
religiosos del convento a quienes ayuda y el
servicio diario en el altar van madurando su
inclinación por la vida religiosa terminando por
pedir el ingreso en la Orden de San Francisco.
7
A la edad de trece años, recibe el hábito de
franciscano en el mismo convento de Valladolid.
8
Este convento, como otros, había decaído mucho en
su vida de piedad.
 Causas muy diversas habían producido aquella
situación. A las naturales consecuencias del
cisma de Occidente se había unido la gran peste
de Europa del siglo XIV, que dejó despoblados los
conventos. Para llenarlos de nuevo, fueron
admitidos muchos sin ninguna preparación,
deseosos únicamente de colmar sus ambiciones al
amparo de las inmunidades del claustro.
9
En el año 1404, procedente de las cuevas de
Arlanza y del eremitorio de La Salceda, llega a
Valladolid el franciscano Fr. Pedro Villacreces.
Es Maestro en Teología por París, Tolosa y
Salamanca. Quiere emprender la reforma de la
Orden en Castilla, y busca quienes le sigan.
10
Fray Pedro de Villacreces es hermano del
arzobispo de Burgos quien, entre sus señoríos,
tiene la villa de La Aguilera y una ermita a unos
300 metros de la villa, aunque era de la diócesis
de Osma. En este ermita bastante ruinosa se fijó
fray Pedro para pedírsela a su hermano y poder
fundar un sencillo convento. Para buscar
discípulos había acudido a Valladolid.
11
   Del convento de Valladolid sólo le sigue Pedro
Regalado, un muchacho de 15 años, que abandona su
ciudad y se despide de su adorada madre.
Villacreces tiene más de sesenta. Les unía un
mismo espíritu afán de santidad. El viejo
formaría al joven.
12
La Aguilera iba a ser un foco de restauración de
la vida religiosa franciscana en su más auténtica
pureza.
Con algunos otros religiosos que pronto se le
unieron, y sobre todo con los jovencitos a
quienes él pudo formar desde el primer momento,
Villacreces lograría hacer del naciente
eremitorio una fidelísima reproducción de la
austeridad impresionante que San Francisco de
Asís vivió en Rivotorto y La Porciúncula.
13
 Bajo la mano de Villacreces, fray Pedro Regalado
fue recorriendo los humildísimos cargos propios
de la vida de un convento pobre en que las almas
santas suelen dar pasos de gigante en su camino
hacia Dios.
Limosnero por los pueblos vecinos, sacristán,
ayudante de la cocina, encargado de atender a los
pobres que llamaban a las puertas del convento.
14
Diez horas diarias dedican los religiosos a
la  oración litúrgica y personal trabajan
para  sustentarse. Pedro además estudia dirigido
por  el Venerable Villacreces de cara a ser
ordenado sacerdote.
15
 El año 1412 celebra san Pedro Regalado su
Primera Misa en la ermita de La Aguilera, hoy
"Capilla de la Gloria".
Relicarios actuales en la Capilla de la Gloria.
16
En La Aguilera el santo sigue practicando los
humildes servicios. Uno de ellos es ir a
recolectar víveres por los pueblos cercanos para
la comunidad. Y comienzan ya algunos milagros.
17
Se cuenta que un día, trayendo bastantes limosnas
en un borriquito, encontró que un río no lo podía
pasar por la gran creciente. Pensando en sus
hermanos, que lo necesitaban, confió en Dios,
puso el manto en el río y atravesó, con el burro,
como si fuese en una barca.
18
Así vivió tres años desde su primera misa, hasta
1415, fecha en que Villacreces se trasladó al
lugar llamado El Abrojo, cerca de Valladolid,
para fundar otra casa de franciscanos renovados.
Con él llevó a Pedro Regalado para que fuese
maestro de novicios, aun cuando no tenía más de
veinticinco años.
19
A partir de este momento, la vida de fray Pedro
Regalado es una continua entrega a las más
heroicas virtudes.
No conoce límites para sus penitencias, y pide a
los novicios el cumplimiento exactísimo, por
amor, de todas las exigencias de la regla.
20
También sale a predicar y a practicar la caridad
por los pueblos cercanos. Las gentes le siguen y
le confían sus pesares.
21
En cierta ocasión iba guardando de su propia
comida algo para una familia necesitada. Cuando
reunió una cierta cantidad y salía para
llevárselo, al preguntarle qué llevaba, resultó
ser un manojo grande de flores.
22
También enseñaba a los niños la religión y lo
elemental de las letras.
23
El padre Villacreces murió en 1422. Había acudido
a la cercana villa de Peñafiel para un capítulo
regional franciscano y allí muere. Los religiosos
de ambas casas, La Aguilera y El Abrojo, eligen
prelado o vicario a fray Pedro Regalado,
confiando así a su esfuerzo la tarea de continuar
el propósito reformador que había guiado al que
las fundara. Nadie más indicado que él para
lograrlo plenamente.
24
Vicario, pues, de ambos conventos, distribuía san
Pedro Regalado alternativamente su vida entre uno
y otro, hasta que decidió morar habitualmente y
durante la mayor parte del año en La Aguilera,
lugar más propicio para el retiro y la
contemplación a que deseaba entregarse.
25
En uno de estos viajes, siempre a pie, entre el
Abrojo y La aguilera sucedió un hecho por el cual
san Pedro Regalado es patrono de los toreros.
Salía de El Abrojo acompañado por otro fraile.
En las afueras de Valladolid se realizaba una
corrida de toros y un toro, con los rejones ya
puestos, rompió una valla y se lanzó al campo. El
toro bravo iba hacia ellos. El otro fraile todo
asustado se escondía detrás del santo pero éste
invocó la protección divina.
26
Entonces el toro se amansó. El santo lo acarició,
le quitó los rejones y le mandó ir a su dehesa.
La escena fue vista por muchos que a pie o a
caballo venían siguiendo al toro.
27
Muchas horas diarias de oración, trabajos en el
campo para ayudar a los labradores y así obtener
alguna limosna, prohibición absoluta de almacenar
provisiones fuera de las que exigía el sustento
diario de la comunidad, celdas y habitaciones del
convento abyectísimas y vilísimas, silencio
casi continuo, negativa terminante a recibir
dinero ni siquiera como estipendio por la misa u
otras funciones litúrgicas..., tal era el género
de vida de aquellas casas.
Seguía las normas de san Francisco de Asís.
28
En cuanto a su formación científica, San Pedro
Regalado se distinguió también como maestro de
espíritus y predicador elocuente,
29
aunque, más que por el aparato doctrinal, por la
fuerza de la santidad vivida y el calor de sus
exhortaciones. No eran las suyas casas de
estudio su fundador, Villacreces, quiso hombres
penitentes, no estudiantes.
30
Poco tiempo antes de su muerte, el santo hace un
viaje a San Antonio de Fresneda, no lejos de
Belorado, donde se ve con el venerable fray Lope
de Salinas, un antiguo compañero de La Aguilera,
que estaba enfermo.
Él mismo regresará a El Abrojo también muy
quebrantado.
31
En el último período de su vida, años 1445 al 56,
el santo vive ya sumergido plenamente en la
contemplación divina. Sin abandonar nunca sus
rigurosas prácticas ascéticas, ayuno diario,
total abstinencia de carne, intensa flagelación
corporal, se ve favorecido y goza de
extraordinarios dones místicos. Algunos fueron
testigos al ser elevado cuando oraba
intensamente.
32
Conocedor san Pedro Regalado de la cercanía de su
muerte, se traslada definitivamente de El Abrojo
a La Aguilera. Eran principios del año 1456.
33
A fines de Marzo estaba grave en La Aguilera.
Recibió el viático y le iban a dar la Santa
Unción pero él dijo que no corría prisa, pues
esperaba a su gran amigo el obispo de Palencia,
don Pedro de Castilla, que antes había sido
obispo de Osma.
En efecto el obispo, iba camino de La Aguilera
sin conocer la gravedad del santo.
Llevaba a un sobrino tullido con la esperanza de
que el santo hiciera algo por él.
34
Tardó en responder a la súplica, pero el milagro
se realizó y el obispo le dio la Unción al santo.
35
Murió san Pedro Regalado diciendo En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu. Era el 30 de
Marzo de 1456. Le acompañaba el obispo de
Palencia, quien entonó el Te Deum, no el
responso, mientras volteaban las campanas a
gloria.
36
Se le enterró en el cementerio común de los
religiosos pero pronto comenzaron los milagros.
El primero sucedió pocos días después de su
muerte, cuando un mendigo anciano, a quien muchas
veces le había ayudado el santo, fue a pedir
limosna cuando, según los religiosos, se había
terminado la hora de pedir y dar.
37
El mendigo fue a quejarse lastimeramente a la
sepultura del santo.
Entonces se abre la tumba y el mismo santo le da
un pan blanco.
38
Luego siguieron otros milagros. En seis meses se
consignaron 128 milagros. Luego dejaron de
consignarse por escrito.
39
Su fama fue extendiéndose cada vez más, de modo
que muchas personas acudían a implorar ante la
tumba de fray Pedro Regalado. Y la fama llegó
hasta los reyes.
40
La reina Isabel, llamada la católica, visitó
varias veces la villa de Aranda de Duero. La
primera vez siendo princesa acompañando al
arzobispo de Toledo para un concilio provincial.
Por eso, al estar a diez kilómetros de La
Aguilera, pudo escuchar sobre los milagros
obrados ante la tumba del hombre de Dios, fray
Pedro Regalado.
41
Parece ser que la reina Isabel, pudo visitar la
tumba del santo en otras ocasiones pero la
visita principal fue el 19 de Julio de 1492,
después de la conquista de Granada.
Sin duda quería dar gracias a Dios por medio de
este santo.
42
Cuando la reina entró en la iglesia, se volvió
hacia las damas de su séquito y dijo Pisad
despacio, que debajo de estas losas descansan los
huesos de un santo.
Otros dicen que lo dijo en plural unos santos,
refiriéndose a los religiosos que solían
enterrarse debajo de las losas de la iglesia.
43
La reina quería llevarse una reliquia de quien
estimaba ser un santo, especialmente para que la
pudiera honrar su esposo, el rey Fernando, que
había quedado en Andalucía. Cuando se descubrió
el cuerpo, apareció muy entero.
44
Al amputarle una mano para que la reina la
llevase de reliquia, comenzó a sangrar como si
estuviese recién muerto. Habían pasado 36 años.
45
La reina y algunas damas recogieron la sangre en
algunos pañuelos.
Un pañuelo de la reina con manchas de la sangre
del santo se conserva en el santuario actual.
46
La reina mandó que se le hiciese un mausoleo de
alabastro digno de un santo, con obras de grandes
artistas. A principios del siglo 19 fue
bárbaramente destruido, quedando la estatua
yacente del santo y algunos relieves.
47
El sepulcro actual fue erigido en 1910 por Manuel
de Castro Alonso y en él incrustaron los relieves
que mandara hacer Isabel la Católica a unos
escultores del taller de Simón de Colonia.
48
El cardenal Cisneros, fraile franciscano y
reformador, que llegó a cardenal y en lo político
a ser regente de España, fue varias veces a La
Aguilera. En las postrimerías de su vida, estando
ya enfermo, quería recibir al rey Carlos V,
cuando llegaba a España.
Cisneros muy enfermo, al llegar a Aranda, apenas
pudo ser llevado a La Aguilera. Era el 12 de
Septiembre de 1517. Estuvo 36 días. Quiso seguir
pero sólo llegó a Roa donde murió.
49
Poco tiempo después llegaba el emperador Carlos
V. Su concepto sobre la tumba de san Pedro
Regalado era tan elevado, que se le atribuye
haber dicho que, al salir de Aranda hacia La
Aguilera, debía el visitante ir con la cabeza
descubierta.
Era el 30 de Marzo de 1518, martes santo, cuando
llegó Carlos V a Aranda. El jueves santo por la
mañana pronto, habiendo dejado a sus cortesanos
en Aranda, fue con muy pocos acompañantes a La
Aguilera a pasar el triduo santo y el día de
Pascua, en una especie de retiro religioso.
50
De igual modo, don Juan de Austria, Felipe II, y
los demás reyes de España. Algunos fueron para
dar gracias, como Felipe III, quien estando en
Aranda de Duero con el niño Felipe IV muy
enfermo, vio cómo se sanaba al ser llevada junto
al enfermo la reliquia de san Pedro Regalado. Y
después, siendo mayor, también fue Felipe IV.
51
El 17 de Agosto de 1683, el papa Inocencio XI
declara beato a fray Pedro Regalado.
Por entonces se agrandó la capilla y los restos
del beato se trasladaron a la nueva iglesia el 13
de Mayo de 1692, con la asistencia de varios
obispos. Por eso la fiesta de san Pedro Regalado
ha quedado para el 13 de Mayo.
52
Fue canonizado en 1746 por Benedicto XIV.
Ese mismo año fue declarado patrono de Valladolid
y de su diócesis.
53
De la cruz a la luz. San Pedro Regalado buscaba
en su vida la humillación, el abatimiento, el
olvido de los hombres. Pero a su muerte sucedió
la luz de la gloria y la exaltación por parte de
Dios y de los hombres.
54
En su espiritualidad podemos distinguir cuatro
características 1) Recogimiento, apartado del
bullicio para escuchar a Dios. 2) Humildad Vida
en la mayor simplicidad y sencillez. 3)
Penitencia. 4) Amor pleno a Dios y a los hombres
por amor a Dios.
55
Su piedad tiene tres vertientes principales la
Eucaristía, la devoción a la Santísima Virgen y
el recuerdo de la pasión del Señor.
56
 Particularmente esta última le atraía con fuerza
irresistible. Muchas noches, en el cerro del
Águila, próximo al convento de La Aguilera, se le
podía ver practicando el ejercicio del Vía-crucis
con una pesada cruz de madera sobre sus hombres,
soga al cuello y corona de espinas en su frente.
57
La Virgen María se llevó también el corazón del
gran penitente, y ella anda mezclada en uno de
los más famosos milagros de su vida. En la
madrugada de un 25 de marzo, fiesta de la
Anunciación, hallábase rezando maitines en el
convento del Abrojo, y sintió especial deseo de
venerar a María en la iglesia de La Aguilera, a
ochenta kilómetros de distancia, la cual había
consagrado él a este dulce misterio.
Y al instante fue transportado por los aires en
brazos de los ángeles, guiado por una estrella
que representaba a la Madre del cielo. Satisfecho
su piadoso deseo, fue igualmente devuelto al
Abrojo sin que los frailes hubiesen advertido su
ausencia.
58
Este prodigio es el que ha servido para inspirar
la principal iconografía del Santo.
59
Y como su padre, san Francisco de Asís, iría por
los campos alabando la grandeza de Dios y las
maravillas que ha puesto en la naturaleza.
60
Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor
Automático
61
son tuyas la alabanza, la gloria y el honor.
62
Tan sólo Tu eres digno de toda bendición.
63
Y nunca es digno el hombre
de hacer de Ti mención.
64
Por toda criatura, loado mi Señor.
65
Y en especial loado por el hermano sol,
66
que alumbra y abre el día
y es bello en su esplendor,
67
y lleva por los cielos noticia de su autor.
68
Y por la hermana luna, de blanca luz menor
69
y las estrellas claras, que tu poder creó,
70
tan limpias, tan hermosas,
tan vivas como son,
71
y brillan en los cielos.
Loado mi Señor!
72
Y por la hermana agua
preciosa en su candor,
73
que es útil, casta, humilde.
Loado mi Señor!
74
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol
75
y es fuerte, hermoso, alegre,
76
Loado mi Señor!
77
Que la Virgen María, a quien tanto amó san Pedro
Regalado, interceda para que por siempre podamos
alabar a Dios, Nuestro Padre.
AMÉN
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