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EL SAN MART

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EL SAN MART N QUE POCOS CONOCEN El hombre y su car cter, sus primeros pasos, sus enfermedades y algunas de sus an cdotas La salud del general San Mart n fue un ... – PowerPoint PPT presentation

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Title: EL SAN MART


1
EL SAN MARTÍN QUE POCOS CONOCEN
  • El hombre y su carácter, sus primeros pasos, sus
    enfermedades y algunas de sus anécdotas

2
La salud del general
  • San Martín fue un hombre notable en muchos
    aspectos.
  • Tuvo una voluntad inquebrantable para superar las
    dificultades desde muy chico.
  • Su salud le dio problemas, sin embargo llegó a
    los 72 años, algo longevo para su época siendo la
    expectativa de vida sólo de 55 años. Hay que
    considerar que no había antibióticos ni
    medicamentos apropiados para las diversas
    dolencias. Fue un pionero en manejo del estrés.

3
Qué tenía el general?
  • Algunas de las cosillas que lo tenían a mal
    traer
  • A lo largo de su vida militar, San Martín no fue
    ajeno a las heridas las recibió en la mano, el
    pecho, en la cara.
  • En 1814 estando en el Ejército del Norte, San
    Martín creyó que se moría pero superó el mal
    paso, debiendo dormir sentado en una silla,
    dolores estomacales, vómitos de sangre, náuseas y
    fatigas.
  • San Martín se recuperó para cruzar los Andes,
    aquejado por dolores articulares. Justo antes de
    la batalla de Chacabuco sufrió un ataque de gota
    y emprendió la campaña al Perú en medio de
    fuertes dolores estomacales.
  • Sin embargo, los dolores derivados de su úlcera
    lo llevarían a la tumba.

4
  • A San Martín le preocupaba su pérdida gradual de
    la visión a causa de cataratas. No podía leer
    nada, cosa que lo tenía taciturno y retraído. La
    única solución era operar, en ese entonces sin
    anestesia y debiendo estar el paciente
    completamente inmóvil en su cama.
  • San Martín tampoco fue inmune al asma, pero se
    cree que al haberlo padecido luego de los 30
    años, era más bien una enfermedad psicosomática.
    A pesar de tener que soportar grandes cambios
    climáticos y mucho frío, jamás contrajo
    bronquitis. El general San Martín siempre
    antepuso el deber y su patria a sus enfermedades
    (parte del cirujano de ejército Dr. Juan Isidro
    Zapata del 16 de julio de 1817).
  • San Martín también padeció de insomnio y
    temblores en la mano derecha, causadas por sus
    largas y agotadoras jornadas de trabajo,
    preocupaciones y disgustos.

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  • De chico, en la milicia española, sufrió
    desnutrición, hambre, comidas rancias, y ya de
    más grande, soportó procesos infecciosos,
    reumatismo, fiebre tiroidea y una
    gastroenteritis con diarrea fulminante que en esa
    época (1832) los médicos llamaban cólera (no
    confundir con la actual enfermedad).
  • San Martín no se inmutó en el fragor del combate
    pues era un guerrero, pero era de espíritu
    sensible frente a la muerte y a la desolación que
    lo llevó a tener manifestaciones de enfermedades
    nerviosas.

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Una adolescencia atípica
  • A los tres años su familia se muda de Corrientes
    a España, donde es enviado al colegio mientras
    que sus hermanos mayores se incorporan a la
    milicia.
  • San Martín era una inutilidad para las letras
    pero muy bueno en matemáticas y geometría.
  • A los 11 deja el colegio e ingresa como cadete en
    el Regimiento de Murcia del ejército español.
  • A los 12 (Y7) entra en acción por primera vez en
    el norte de África.
  • A los 13 (Y8) sufre un intenso cañoneo y luego lo
    mandan a luchar contra los franceses.
  • A los 17 ya es teniente.

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  • En 1808, a los 30 años, habiendo invadido
    Napoleón a España, era oficial de guardia en
    Cádiz cuando una muchedumbre furiosa ataca al
    cuartel donde estaba y a su superior, el general
    Solana, al cual persiguen y descuartizan. San
    Martín queda tan impresionado que desde ese
    entonces llevó consigo un mini-retrato de Solana,
    el comandante que no consiguió salvar y aborrece
    toda expresión de violencia inútil.

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Personalidad
  • San Martín se dedicó a entrenar a sus hombres de
    manera típicamente metódica. Advirtió que
    aplicaría severos castigos en caso de
  • ... cobardía en acción, cuando incluso bajar la
    cabeza será considerada tal por no castigar las
    injurias, no defender el honor del regimiento,
    cometer actos infames de deshonestidad,
    conducirse de modo indecorosamente familiar con
    los subalternos, faltar a la integridad en el
    manejo de fondos, revelar decisiones tomadas en
    reuniones secretas, no ayudar a un camarada en
    peligro, exhibirse en público con prostitutas,
    jugar con gente de mala fama, poner las manos
    encima de las mujeres, emborracharse, hablar mal
    de un camarada delante de extraños.

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San Martín de novio
  • En 1812, a los 34, se ocupó de buscar novia.
    María de los Remedios era hija de la segunda
    mujer de don Antonio José de Escalada, una de las
    familias de más alcurnia de Buenos Aires. María
    de los Remedios apenas tenía quince años, y era
    muy linda.
  • San Martín, si bien distante y severo, no carecía
    en absoluto de encanto. Alto y bien parecido, con
    patillas abundantes, ojos inteligentes y vivaces,
    los contemporáneos lo pintan distinguido y
    cortés. Hablaba bien francés en sociedad, era
    versado en historia, arte y filosofía, tanto como
    en política y en cuestiones militares.
  • María de los Remedios tenía mucha personalidad
    figuraba en primer lugar en la lista de mujeres
    de Buenos Aires que, para apoyar la causa de la
    independencia, compraron cada una un mosquete.
  • A los seis meses de haber llegado a Buenos Aires,
    San Martín se casó con su joven novia en la
    catedral.

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Dos campañas vistas por extranjeros
  • La marcha de San Martín invita inevitablemente a
    compararla con el cruce de los Andes que Bolívar
    emprendería dos años y medio después.
  • La hazaña de Bolívar es todavía mayor porque en
    cuatro meses atravesó 1.200 kilómetros de
    ciénagas y montañas, incluido un paso que está a
    4.500 metros de altura.
  • A San Martín le costó un mes cubrir 240
    kilómetros hasta una altura máxima, que era una
    cuarta parte más baja que la ruta de Bolívar.
  • Pero, en cambio, Bolívar consiguió su logro al
    costo apabullante de perder dos tercios de sus
    hombres, más todos los caballos y mulas.
  • Con el doble de hombres, San Martín perdió menos
    de cien y conservó por lo menos un tercio de sus
    mulas y caballos. Nada mal, no?

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San Martín y los vinos mendocinos en Europa no
se consigue!
  • San Martín frente a la costumbre de algunos
    sudamericanos de dar preferencia a lo extranjero
  • Un día San Martín tiene dos invitados a la mesa.
    Antes, a unas botellas de vino de Málaga les puso
    de Mendoza y a unas botellas de vino mendocino
    les puso de Málaga.
  • Después de la comida, pidió los vinos diciendo
    Vamos a ver si están ustedes conformes conmigo
    sobre la supremacía de mi mendocino. Se sirvió
    primero el de Málaga con el rótulo Mendoza. Los
    convidados dijeron que era un rico vino pero que
    le faltaba fragancia.
  • Enseguida, se llenaron nuevas copas con el del
    letrero Málaga. Al momento prorrumpieron ambos
    invitados diciendo Oh! Hay una inmensa
    diferencia, esto es exquisito, no hay punto de
    comparación.
  • Entonces San Martín les responde Caballeros,
    ustedes de vinos no entienden un diablo, y se
    dejan alucinar por rótulos extranjeros.

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Algunas anécdotas
  • 1. El Correo indio de San Martín
  • Esperando el momento propicio para entrar
    en Lima, San Martín estableció su campamento en
    Huaral. En Lima contaba con numerosos
    partidarios de la Independencia pero no
    podía comunicarse con ellos porque las
    tropas del general José de la Serna,
    jefe realista, detenían a los mensajeros.
  • Una mañana, el general San Martín encontró
    a un indio alfarero. Se quedó mirándolo un
    largo rato. Luego lo llamó aparte y le
    dijo-Quieres ser libre y que tus hermanos
    también lo sean?-Sí, usía... cómo no he de
    quererlo! - respondió, sumiso, el indio.-Te
    animas a fabricar doce ollas, en las
    cuales pueden esconderse doce mensajes? -Sí,
    mi general, cómo no he de animarme!
  • ?

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  • Poco tiempo después Díaz, el indio alfarero,
    partía para Lima con sus doce ollas mensajeras
    disimuladas entre el resto de la mercancía.
    Llevaba el encargo de San Martín de
    vendérselas al sacerdote Luna Pizarro, decidido
    patriota. La contraseña que había combinado hacía
    tiempo era un cortado de cuatro reales.
  • Grande fue la sorpresa del sacerdote,
    que ignoraba cómo llegarían los mensajes,
    al ver cómo el indio quería venderle las doce
    ollas en las que él no tenía ningún interés.
  • Díaz tiró una de ellas al suelo, disimuladamente,
    y el sacerdote pudo ver un diminuto papel
    escondido en el barro.-Cuánto quieres por todas?
    preguntó al indio. -Un cortado de cuatro reales -
    respondió Díaz, usando la contraseña convenida.
  • Poco después, el ejército libertador, usaba esta
    nueva frase de reconocimiento. -Con días y
    ollas... venceremos!

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2. El General quiere forzar el puesto!
  • El batallón de artillería de los Andes, estaba
    acuartelado en el convento de San Pablo, y yo al
    mando de la guardia, cuando en esa mañana, entre
    las siete y las ocho, se presenta el general San
    Martín a caballo, acompañado de un ordenanza, a
    visitar el cuartel.-Se puede entrar? - dijo el
    General, saludando a la guardia y yo le
    respondía - Adelante, señor.
  • El General desmontó, entregó la brida a
    su ordenanza, y yo mandé al sargento de
    la guardia que lo acompañara a los patios,
    las cuadras y demás departamentos que deseara
    examinar. Así visitó el cuartel, vio la
    limpieza de las cuadras, la del
    armamento, los tablados, la colocación de
    las mochilas, el estado de la cocina, el
    rancho...Luego que hubo explorado hasta el último
    rincón, regresó al segundo patio, y fijándose en
    una puerta cerrada, forrada con pieles de carnero
    con la lana para afuera, y custodiada por un
    centinela -Qué es aquello? - preguntó.El
    laboratorio de mixtos - le respondieron los
    sargentos.-Trabajan ahora?-Sí, señor, están
    haciendo cartuchos, lanza - fuegos, estopines,
    espoletas para granadas y otras cosas.
  • ?

15
  • Sin más averiguar, se dirigió allí con ademán de
    entrar pero, poniéndosele el centinela por
    delante, le dijo -Alto ahí, señor no se puede
    entrar! A esta repulsa el General repuso con
    vehemencia-Cómo es eso! No me conoce usted que
    soy el general en jefe?
  • El centinela le respondió -Sí, señor, lo
    conozco pero así no se puede entrar.(Es de
    advertir que el General vestía su traje militar
    casaca, botas con herraduras y espuelas, como se
    usaba entonces)
  • Volvió a hacer ademán como para empujar la puerta
    y entrar el centinela, entonces, caló la
    bayoneta y volvió a repetir -Ya he dicho, señor,
    que así no se puede entrar. - Y gritó con fuerza
    - Cabo de guardia, el General quiere forzar el
    puesto!
  • Al ver esto, uno de los sargentos corrió
    al puesto de guardia, y así que éste
    llegó a la presencia del General, le
    dijo-Señor, la consigna que el centinela tiene
    es que nadie puede entrar al laboratorio vestido
    de uniforme, por temor de un incendio, y es por
    eso que le ha resistido la entrada. Si Vuestra
    Excelencia quiere entrar, sírvase pasar a este
    cuarto a cambiar de traje para que pueda hacerlo
    en la forma que es permitido.
  • ?

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  • En efecto, el General, sin decir palabra, entró
    al cuarto, se desnudó de su uniforme, se puso de
    alpargatas, pantalón, saco y gorra de
    brin, de los varios que había con ese
    expreso destino. Presentándose al centinela con
    ese nuevo traje, no trepidó éste en abrirle la
    puerta y dejarlo entrar, seguido de dos
    sargentos, que también cambiaron de vestido con
    el objeto de acompañarlo.
  • Luego que el General hubo registrado este
    departamento y examinado los aparatos y el
    trabajo que se hacía, volvió a salir para tomar
    su uniforme y retirarse.
  • Montó a caballo, y al salir por el cuerpo de
    guardia me ordenó que el soldado que estaba de
    centinela en el laboratorio se le presentara, así
    que fuera relevada la guardia. Así se hizo.
  • El soldado se presentó al General después de
    hacerle varias preguntas y echarle un sermón
    sobre la subordinación, la obediencia y el
    cumplimiento de sus deberes, le regaló una onza
    de oro y lo despachó.
  • (Extracto de una narración de Jerónimo Espejo)

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Extracto del programa Algo habrán hecho de
Pergolini y Pigna
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Cierre
  • Y así concluye nuestra presentación sobre algunos
    aspectos poco conocidos del general José de San
    Martín.
  • Agradecemos la colaboración y la información
    aportada por las profesoras Laura Melchiorre,
    Claudia Hortas y Alexa Cassin
  • Nos despedimos cantando la marcha de San Lorenzo,
    compuesta por el uruguayo Cayetano Silva, con
    letra del mendocino Carlos Binielli y estrenada
    en 1902. Se la usa ahora para honrar a los nuevos
    presidentes.

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Marcha de San Lorenzo
  • Febo asoma ya sus rayos iluminan el histórico
    convento tras los muros, sordo ruido, oír se
    deja de corceles y de acero. Son las huestes que
    prepara San Martín para luchar en San
    Lorenzo el clarín estridente sonó y la voz del
    gran jefe a la carga ordenó.
  • Avanza el enemigo a paso redoblado, al viento
    desplegado su rojo pabellón. Y nuestros
    granaderos, aliados de la gloria, inscriben en
    la historia su página mejor.
  • Cabral, soldado heroico, cubriéndose de
    gloria, cual precio a la victoria, su vida
    rinde, haciéndose inmortal y allí, salvó su
    arrojo la libertad naciente de medio
    continente, Honor, honor al gran Cabral!
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