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CATEQUESIS 9 ETAPAS DE LA REVELACIÓN.
La revelación de Dios es la comunicación que
Dios hace de sí mismo y de su designio de
benevolencia y de amor (Catequesis 8)
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REVELACIÓN DE DIOS EN EL TIEMPO Y EN LA HISTORIA
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En Jesús de Nazareth, Dios nos muestra su
rostro y nos pide que nos decidamos a reconocerle
y seguirle.
Revelándose Dios en la historia para entrar
en un diálogo de amor con el hombre, da un nuevo
sentido al camino humano.
La historia no es una simple sucesión de
siglos, años y días. Es el tiempo de la
presencia de Aquel que le da pleno significado y
la llena de esperanza.
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ETAPAS DE LA REVELACIÓN
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En el Éxodo el Señor indica a Moisés que
celebre el momento de la liberación de la
esclavitud de Egipto, su paso liberador, la
Pascua judía.
Recordar las acciones de Dios se convierte
para Israel en un deber para que se mantenga
memoria viva de los acontecimientos pasados, sean
historia de cada momento y permanezcan presentes.
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La fe se alimenta del descubrimiento y de la
memoria de las acciones de Dios, siempre fiel,
que guía la historia y es fundamento seguro y
estable para apoyar la vida
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Como había prometido a nuestros padres a favor
de Abraham y su descendencia por siempre (Lc 1)
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Para Israel, el Éxodo es un acontecimiento
central en su historia. Dios ha revelado su
fuerza liberadora. Han dejado la
esclavitud, caminan hacia la Tierra Prometida y
deben adorarle como al verdadero y único Dios.
Israel ya no puede ser un pueblo
cualquiera con una mera independencia nacional.
Es un pueblo al servicio del Señor que le ha
sacado de la esclavitud. Su misión consiste
en servir a Dios en el culto y en la vida en ser
un lugar en el que el hombre está en obediencia a
Dios en ser espacio de la presencia de Dios en
el mundo y de la adoración que se le debe
tributar en dar testimonio ante los demás de lo
que ha recibido.
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La celebración del acontecimiento del
ayer es volver a hacerlo presente en el hoy de la
historia, pues Dios sigue actuando sin
desfallecer y no desmalla a fin de que el hombre
le reconozca, le sirva y, a través de la fe y
el amor, responda a sus acciones.
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JESUCRISTO PLENITUD DE LA REVELACIÓN
La Revelación de Dios culmina en
Jesucristo. Dios, el Logos, la Palabra
creadora, se ha encarnado en Jesús y nos ha
mostrado su rostro. En Jesús se realizan
las promesas, culmina la historia de Dios con la
humanidad.
Dios se revela no sólo en la Creación,
también lo hace entrando en nuestra historia a
través de un pequeño pueblo que no era ni el más
numeroso ni el más fuerte.
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Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos
los profetas, les explicó lo que se refería a Él
en todas las Escrituras (Lc 24, 27)
No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba
por el camino y nos explicaba las Escrituras? (v
32)
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UN PROYECTO PARA TODA LA HUMANIDAD
El Catecismo recorre ese camino de
encuentros y alianzas - La alianza con Noé tras
el Diluvio. - La llamada a Abraham para salir de
su tierra y hacerle padre de un gran pueblo. -
Él guía a Israel, al que saca de la esclavitud de
Egipto. - Con él hace un pacto en el Sinaí. -
Le da la Ley por medio de Moisés para que le
reconozcan y le sirvan como el único Dios. - Con
los profetas les mantiene la esperanza de
salvación. Tras el Segundo Éxodo, la vuelta de
Babilonia, se refunda el pueblo, a la vez que
comienza la universalidad de esta fe con los que
han permanecido en la diáspora. - Y de pensar en
un rey para los judíos, hijo de David, se pasa a
esperar un Hijo del hombre, salvador de todos
los pueblos. - El camino de Dios se amplia hacia
el Misterio de Cristo, Rey del universo.
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(No Transcript)
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CONCLUSIÓN
Dios tiene un único proyecto de salvación
para toda la humanidad y lo ha ido revelando
progresivamente a lo largo de la historia de los
hombres. Este es un gran proyecto de amor
testimoniado en el Antiguo y Nuevo Testamento.
Los caminos de Dios hacia el hombre nunca
se cierran, aunque este se extravíe. Esto
es fundamental en el camino de la fe.
Dios ha atravesado el cielo y se ha
inclinado hacia el hombre. Ha hecho alianza
con él entrando en la historia de un pueblo.
Él ha llegado a nosotros, se ha hecho
presente como rey que visita esta pobre provincia
que es la tierra más aún, se ha hecho hombre
como nosotros.
Dios no se ha desentendido de nosotros,
no nos ha abandonado a nuestra suerte, al
contrario, nos sale al encuentro. Debemos
aprender a discernir.
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Nosotros los creyentes en Cristo,
mediante la fe, la esperanza y la caridad,
debemos ser signos de la presencia de Dios en
este mundo con frecuencia superficial y
distraído debemos hacer que resplandezca la luz
del Dios hecho hombre.