Evangelio San Lucas 21, 25-28, 34-36

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Evangelio según San Lucas
Lucas 21, 25-28. 34-36
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Lectura del Santo Evangelio según san Lucas
(21, 25-28 34-36) Gloria a ti, Señor.
3
Primer Domingo de Adviento A ti, Señor, levanto
mi alma Señor, muéstranos tu favor y sálvanos
4
Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu
misericordia y danos tu salvación. Aleluya.
5
25. Habrá señales en el sol, en la luna y en las
estrellas y en la tierra, angustia de las
gentes, perplejas por el estruendo del mar y de
las olas, 26. muriéndose los hombres de terror y
de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el
mundo porque las fuerzas de los cielos serán
sacudidas.
6
27 Y entonces verán venir al Hijo del hombre en
una nube con gran poder y gloria.
7
28 Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad
ánimo y levantad la cabeza porque se acerca
vuestra liberación.
8
34 Guardaos de que no se hagan pesados vuestros
corazones por el libertinaje, por la embriaguez
y por las preocupaciones de la vida, y venga
aquel Día de improviso sobre vosotros, 35 como
un lazo porque vendrá sobre todos los que
habitan toda la faz de la tierra.
9
36 Estad en vela, pues, orando en todo tiempo
para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que
está para venir, y podáis estar en pie delante
del Hijo del hombre.
10
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

11
Meditando en el Santo Evangelio que acabamos de
leer, Oremos el Salmo 24
12
Descúbrenos, Señor, tus caminos. Descúbrenos,
Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de
tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y
tenemos en ti nuestra esperanza.
13
Descúbrenos, Señor, tus caminos. Porque el Señor
es recto y bondadoso, indica a los pecadores
el sendero, guía por la senda recta a los
humildes y descubre a los pobres sus caminos.
14
Descúbrenos, Señor, tus caminos. Con quien
guarda su alianza y sus mandatos, el Señor es
leal y bondadoso. El Señor se descubre a quien
lo teme y le enseña el sentido de su alianza.
15
Oración Mi Señor, prepara nuestros corazones
para cuando llegue el momento de nuestro
encuentro, prepáralos Señor hazlos fuertes como
el hierro y ligeros como el vuelo de una
paloma, para ser fuertes en las adversidades y
humildes y amorosos en nuestro diario vivir,
que nuestro vuelo y nuestros pasos nos lleven
hacia ti, Señor, prepara nuestras almas
límpialas y purifícalas, para que nos
encuentres dignos en tu Majestuosa Presencia,
queremos orar sin cesar, no solo en los
momentos de recogimientos y soledad, sino en
todas nuestras actividades diarias, llena
nuestros corazones de amor para darlo a cada
paso Amén.
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permanezcamos unidos en el amor de Jesús.