La libertad tiene un precio

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La libertad tiene un precio

• por Sonia Llorente Culebras 6º Primaria

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Veis al de la foto?. Es un gato callejero de mi
pueblo (El Hoyo de Pinares, en Avila). Le
llamamos Fotocopia, sí, ya sé que suena raro,
pero es que es igual a su madre, La Vieja, que
viene todos los veranos desde hace muchos años a
nuestra casa en busca de cariño y comida para
ella y sus camadas. Siempre cautelosa nunca hemos
visto a sus crías hasta estar creciditas, cuando
no se dejan coger pero la primavera pasada parió
en nuestro patio dos gatitos preciosos, macho y
hembra, la hembra "Colorines" por desgracia
desapareció un día y no volvimos a saber nada de
ella.
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Desde entonces "Fotocopia" se convirtió en
nuestro gatito mimado. Lo que más me gusta es que
a pesar de ser libre vuelve cada mañana a
visitarnos y a dejarnos achucharle como cuando
era pequeño, tal como está en la foto observaréis
que duerme plácidamente sobre las piernas de mi
madre en una postura poco gatuna. El se deja
hacer como un peluche suavito, confía en
nosotros, luego, cuando le apetece, se va a
callejear, le gusta ver mundo, perderse por ahí,
cotillear por todos lados.
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(No Transcript)
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• Al acabar las vacaciones, todos volvemos a
  nuestro mundo, él a su vida vagabunda, feliz pero
  a veces dura y muy difícil, y yo al colegio.
  Ahora sólo espero que haya logrado sobrevivir a
  su primer invierno y que en verano siga
  recordándome y vuelva para estrujarlo dulcemente
  en mis brazos.