Diapositiva 1

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Algunos sueños de un educador de la fe.
Juan Bautista de La Salle, testigo del
Evangelio, modelo de catequistas.
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Desea un modelo de escuela cristiana que responda
al sueño de Dios ser instrumento de
salvación. Dios-Amor quiere ser conocido
y Amado. Estamos invitados a ser testigos de
ese Amor que Dios es y que Él nos tiene.

• Dios es tan bueno que quiere que todos los
  hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
  verdad. Esta verdad es Dios mismo y cuanto Él ha
  tenido a bien revelarnos
• De ello quiere Dios que sean instruidos todos los
  hombres, para que sus mentes sean iluminadas con
  las luces de la fe
• Dios, por su misericordia, os ha confiado este
  ministerio consideraos como los ministros de
  Cristo y los administradores de los misterios de
  Dios
• (MR. 193,1)

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Nos invita a reconocer a Jesucristo en el
origen de la hermosa misión de ser educadores
de la fe de los niños y jóvenes.
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Reflexionad sobre lo que dice San Pablo, que es
Dios quien ha establecido en la Iglesia
apóstoles, profetas y doctores (1ªCo, 12, 28), y
os convenceréis de que ha sido también Él quien
os ha puesto en vuestro empleo. No debéis
dudar de que es gran don de Dios la gracia que os
ha hecho al encargaros de instruir a los niños,
anunciarles el Evangelio y educarlos en el
espíritu de religión. (MR 201.1)  
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Quiere un proyecto de escuela cristiana que
funcione bien. La escuela, como la sesión de
catequesis, ha de funcionar bien. Es condición
que hace posible su finalidad.
"Estoy satisfecho de que su escuela funcione bien
y de que tenga un número suficiente de alumnos
cuide de instruirlos bien (Carta 58,
20)."Cuide de que la escuela funcione siempre
bien"
(Carta 57,12)"Haga lo posible para
aumentar lo más que pueda el número de sus
escolares".
(Carta 47,4)."Procure que su
escuela funcione bien" (Carta 75, 9)."No hay
nada que no deba usted hacer para conseguir que
las clases funcionen bien, y particularmente la
suya" (Carta 34, 18).
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• Posee una visión integrada e integradora
• de nuestra vida.
• Nuestras obligaciones profesionales
• y nuestra salvación y santificación

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No hagáis diferencia entre los deberes propios
de vuestro estado y el negocio de vuestra
salvación y perfección. Tened por cierto que
nunca obraréis mejor vuestra salvación, ni
adelantaréis tanto en la perfección, como
cumpliendo bien los deberes de vuestro estado,
con tal que lo hagáis con el fin de obedecer a
Dios. (CT. 16,1,4) 
Considerad que no estáis en este mundo,
ni os halláis en vuestro estado, sino
para obrar el bien. Ved - cuáles son los
rasgos característicos propios de vuestro
estado y cómo los practicáis - en qué
defectos soléis incurrir, cuáles son sus
causas y cuáles sus remedios (CT.
16,1,5) 
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Nos pide unas relaciones de calidad que sean
reflejo del amor y de la ternura de Dios
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 Tenéis estos sentimientos de caridad y de
ternura con los pobres niños que habéis de
educar? Y aprovecháis el afecto que os profesan
para conducirlos a Dios? Si empleáis con ellos
firmeza de padre para retirarlos y alejarlos del
desorden, también debéis tener con ellos ternura
de madre, para acogerlos y para procurarles todo
el bien que de vosotros dependa. (MF
101.3) 
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• Apasionado por Jesucristo,
• nos invita a amarlo en nuestra vida y
• a ayudar a que los alumnos,
• y los destinatarios de nuestra
• acción evangelizadora,
• descubran y crezcan en ese amor.

Si amáis mucho a Jesucristo, os aplicaréis con
todo el esmero posible a imprimir su amor en el
corazón de los niños que educáis para ser sus
discípulos. (MF. 102,2,2) 
Procurad, pues, que piensen a menudo en Jesús,
su buen y único maestro que hablen a menudo de
Jesús, que no aspiren sino a Jesús y que no
respiren sino por Jesús (MF.
102,2,2 ) 
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• Medio privilegiado
• Conocer meditar - vivir el Evangelio.
• Paso a paso, frase a frase.

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Cuidáis de instruiros bien en las frases
(máximas) que se contienen en el Evangelio
y de meditarlas a menudo, para poder
inspirárselas a aquellos de quienes estáis
encargados?. (MF. 116,2,2) 
Leedlo con frecuencia, entresacad las
principales máximas, estudiadlas y
meditadlas con interés, Complaceos en
practicarlas. Tomad cada día como tarea
el practicar alguna de ellas en
particular (MF. 178,2,2) 
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Reconocer a Jesucristo en las personas que
educamos y con quienes nos relacionamos.
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"Vosotros tenéis la obligación de instruir a los
hijos de los pobres. En consecuencia, debéis
sentir particularísima ternura por ellos, y
procurar su bien espiritual cuanto os fuere
posible, considerándolos como los miembros de
Jesucristo y sus predilectos. La fe que debe
animaros, ha de moveros a honrar a Jesucristo en
sus personas, y a preferirlos a los más ricos de
la tierra, porque son imágenes vivas de
Jesucristo, nuestro divino maestro (MF
80.3)  
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El amor a Jesucristo se manifestará también
en una filial devoción a la Santísima Virgen
María.
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Todos los que aman a Jesús y son amados de Él,
honran mucho a María, y son también muy queridos
de la Santa Madre de Dios. Hagámonos dignos de
las ternuras de la Santísima Virgen.
(MF 88, 3) Dichosos vosotros si sois devotos
de la Santísima Virgen (MF 164,2) Pedid a
la Santísima Virgen que os obtenga de Dios la
gracia de que vuestra alma esté bien preparada
para recibir la Palabra de Dios y para
comunicarla a los demás (MF 191,3)  
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Con realismo y esperanza. Paso a paso.
Consciente de nuestras posibilidades y
límites, nos invita a confiar en la capacidad de
mejorar y crecer. Con la ayuda de Dios seremos
capaces de más de lo que imaginamos.
- Hacéis todas vuestras acciones tan
perfectamente como entendéis que se han de
hacer?. - Tratad de hacerlo con toda la
perfección que sepáis
- Mereceréis aprender y saber lo que todavía
ignoráis. Creed que, con tal que queráis,
podéis, con la gracia de Dios, más de lo que
pensáis. (CT. 16, 2, 8.9.10)
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Algunos CREYENTES a lo largo de la Historia
Un sueño compartido es el comienzo de una
realidad
Por tanto, también nosotros
Hb. 12, 1-2
Continúa con lo que haces, pero intenta poner
amor en cada gesto. No solemos dar valor a lo
que hacemos todos los días, pero esto es lo que
transforma el mundo que nos rodea. Pensamos que
la fe es un trabajo de gigantes, pero si
leemos algunas páginas de la biografía de
cualquier santo, nos daremos cuenta de que era
una persona absolutamente común, con la
particularidad de que decidió firmemente
compartir con los demás lo mejor de sí mismo.