La metfora era el mar

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La metáfora era el mar
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La metáfora era el mar y yo la fragilidad, mientra
s mi barca se hundía y flotaba flotaba y se
hundía en aguas de libertad. Y sin embargo, hoy
en día, mi barca cruzando sigue el mar bravo de
esta vida, en ansias de eternidad, y así día a
día seguirá.
3
Pero el mundo, huérfano está de un laicismo noble
e intransferible, mas al carecer de él ataca a
Dios y a la religión haciendo de la
estupidez pseudo religión laicista
-la nueva religión sin Dios- evidenciando fatal
ignorancia y dando bien a entender que el
laicismo que debiera poseer y del cual para su
mal carece es su gran debilidad.
4
Entra entonces, el hombre, en la espiral más
fatua de un pataleo absurdo y rebelde que es la
forma innecesaria cobarde y también innoble de
confundir religión y laicismo persona Dios y
libertad.
5
La metáfora era el mar El hombre, -tú, yo-, y
mi barca, fragilidad. Sólo Dios la gran
Verdad. Juan Manuel del Río